La palabra aleluya, es el término más antiguo de todos los términos de alabanza. Se usa tanto en el cielo como en la tierra para adorar al Todopoderoso Creador (Apocalipsis 19:1-6.). Se trata de una transliteración de la expresión hebrea ha·lelu-Yáh, que aparece por primera vez en Salmo 104:35. En la Versión Reina-Valera Revisada de 1960, como en otras ediciones y revisiones de esta misma traducción, aparece como aleluya a través de todo el Antiguo Testamento, o Tanáj, así como también en el libro de Apocalipsis. Pero en otras traducciones y versione se vierte como "¡Alabad al Señor!" (Nueva Reina-Valera, 1990), "¡Alabado sea el SEÑOR!" (Nueva Versión Internacional, 1999), en tanto que otras versiones presentan lecturas más literales y apegadas al texto original, como "¡Halleluyah!" (Versión Kadosh, 2003), "Halelu-Yah" (Versión Israelita Nazarena, 2011), "¡Alaben a Jah!" (Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras—Con Referencias, edición revisada de 1987), "Aleluyah". (Reina-Valera Restaurada, 2011.). Desde el principio, la versión Reina-Valera presentó una transliteración de la expresión hebrea: "HaleluIAH" (La Biblia del Oso, Casiodoro de Reina, 1569) y después la forma usual "Aleluya" (Versión Reina-Valera Revisada de 1960). Es interesante notar que también se conoce una forma "¡Alabad a YH!", en la versión conocida como Biblia Textual, de la Sociedad Bíblica Iberoamericana, tercera edición, 1999.
En la actualidad, la palabra aleluya se encuentra en casi todos los idiomas y lenguas, y es muy conocido por el uso que hacen de esta palabra ciertos grupos religiosos, aunque en su mayor parte no conocen el significado de esa expresión. La primera parte de la palabra, ha·lelu, es un imperativo que significa alaben, celebren o glorifiquen. La segunda parte, ya, es en realidad Yah.
En algunas obras modernas de consulta se puede leer: "(heb., alelluyah; gr., allelouia, alabado sea Jehovah o alabad a Jehovah). Una palabra de alabanza que se encuentra en la mayoría de los idiomas a los cuales ha sido traducida la Biblia. Este término a menudo es traducido ¡alabad a Jehovah! o ¡bendecid a Jehovah!, aunque la RVA ha conservado la transliteración del término con la palabra ¡aleluya! (Sal_104:35; Sal_105:45; Sal_106:1, Sal_106:48; Sal_111:1; Sal_112:1; Sal_113:1, Sal_113:9; Sal_115:18; Sal_116:19; Sal_117:2; Sal_135:1, Sal_135:21; los primeros y últimos vv. de los Salmo 146 al 150). El término, tal como aparece en Apo_19:1, Apo_19:3-4, Apo_19:6 es tomado de estos salmos." (Diccionario Bíblico, J. D. Douglas, Merrill C. Tenney, Equipo Internacional E-Sword, Biblioteca Hispana, 2003.).
"(Alabad a Jehová). Exclamación de alabanza. En hebreo la composición supone el uso de una abreviatura del Nombre (Jah, de Yahvéh). Como los judíos decían que el nombre de •Jehová era impronunciable, su tradición explica que este uso es antiquísimo y se desconoce su origen. La palabra ocurre en el AT solamente en el libro de los Salmos, algunas veces en su encabezamiento (111; 112; 113; 135, 146; 148; 149; 150), o al final (104; 105; 115; 116; 117), o en ambas posiciones (106; 113; 135; 146; 148; 149; 150) y en otras ocasiones traducida como "alabad a Jah" (135:3; 147:1). Comúnmente se llama a estos salmos "aleluyéticos".
"La primera parte de la palabra está en un plural imperativo, lo cual lleva a muchos a pensar que era una indicación o señal que daba quien dirigía el culto en el •templo esperando una respuesta pública. Estos himnos vinieron a ser muy importantes en las sinagogas. Los judíos consideraban a los salmos del 113 al 118 como una unidad desde el punto de vista litúrgico, llamada Hallel. Se recitaba en la celebración de la •Pascua. Posiblemente a ello se refieran dos evangelistas cuando dicen que Jesús y sus discípulos, después de la cena pascual, "cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos" (Mat_26:30; Mar_14:26). La palabra A. aparece en el NT en el libro de Apocalipsis cuatro veces, cuando se narra la alegría celestial "¡... porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!" (Apo_19:1, Apo_19:3-4, Apo_19:6)." (Nuevo Diccionario de la Biblia, Alfonso Lockward y Editorial Unilit, Equipo Internacional e-Sword, Biblioteca Hispana, 2009.).
"hebreo hallelu-yah, alabad a Yahvéh. Voz de júbilo y alabanza al Señor usada en el culto divino desde el A. T. Voz que aparece principalmente al principio y al final de varios Salmos, por ejemplo, Sal 111 (110), 1; 115 (113B), 18. En el capítulo 19 del Apocalipsis, se encuentra el único caso en que se emplea el a. en el N. T., y es un grito victorioso y de alabanza al poder divino, a la victoria final de Dios sobre los demás poderes. El a. fue incorporado a la liturgia cristiana en demostración de júbilo en sus festividades, sobre todo, en la celebración de la resurrección de Jesucristo." (Diccionario Bíblico Digital, Pierre Jean Montana M., Equipo Internacional e-Sword, JAGH, 2010.).
"(hebr. hallelú-yáh. load a Yah [= Yahvéh]), exclamación litúrgica en Tob 13,22 y especialmente en los salmos aleluyáticos (111S al principio; 104S 115-117 al final; 106 113 135 146-150 al principio y al final). El a. es una expresión litúrgica muy antigua (cf. las diversas lecciones de LXX y Vg), originariamente pronunciada por el cantor, el sacerdote y los levitas, después repetida por el pueblo (alternando [?] cf. Sal 106,48)." (Diccionario según la Biblia de Jerusalén, Yamil Cáceres (Ya1000caceres@gmail.com).).
"Término abreviado del hebreo ("Alabad a Yaweh (hall`lu-yah). Se emplea en la liturgia pascual y festiva y habitualmente se identifica con "alegría". Aparece en Tobías (13.22) y en diversos salmos llamados aleluyáticos: 104, 115 a 117 y 146 a 150.
"En el Nuevo Testamento sólo aparece una vez, en el grito de triunfo de los ángeles contra la gran meretriz (Roma) como señal de la llrgada del final de los tiempos y el triunfo del bien. Se expresa cuatro veces en ese grito (Apoc. 19. 1-9) en referencia al gozo de haber vencido al mal.
"Es probable que ya se usara entre los cristianos en tiempos apostólicos. Desde luego, se hace frecuente en el siglo II. Y es posible que fuera expresión muy empleada en determinadas comunidades cristianas más afines, o al menos no antagónicas con relación a las sinagogas radicales, como eran las de Siria y Egipto." (Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Pedro Chico González, Editorial Bruño, Lima, Perú, 2006, Equipo Internacional e-Sword, Biblioteca Hispana, 2009.).
"Transliteración de la expresión litúrgica heb.heb. hebreo hallƒluÆ-yaÆh = "alabad a Yah", la forma abreviada de Yahvéh (véase * Dios, Nombres de), que aparece 24 veces en el salterio. Aunque se trata de una sola variante de varios llamados a la alabanza, el hecho de que con una sola excepción (Sal. 135.3) siempre se encuentra al principio o al final, y únicamente en los salmos anónimos, que son presumiblemente los últimos que se compusieron, sugiere que se había convertido en una forma normal posexílica para instar a la alabanza en el culto del templo.
"Los salmos en los que figura la expresión pueden agruparse de la siguiente manera: (1) Sal. 104–105 (al final), 106 (al comienzo y al final, en el que la segunda forma parte de la doxología del IV libro de Salmos). (2) Los Sal. 111–113 (al comienzo), 115–117 (al final). Casi seguramente la LXXLXX Septuaginta (vs. gr. del AT) coloca correctamente la repetición del final del Sal. 113 al comienzo del Sal. 114, completando de esa manera la serie. (3) Sal. 135, al comienzo y al final, pero la LXXLXX Septuaginta (vs. gr. del AT) coloca correctamente a esta última al comienzo del Sal. 136. (4) Sal. 146–150 al comienzo y al final de cada uno.
"El culto cristiano adoptó la invitación neotestamentaria ("¡Aleluya!", Ap. 19.1, 3–4, 6). La mayor parte de los salmos en los que figura la expresión cumplen un papel especial en el culto en las sinagogas. Los Sal. 113–118, eh Hallel egp.egp. egipcio se cantan en las festividades de la *pascua, de *Pentecostés, de los *tabernáculos y de la *dedicación; en la primera se cantan los Sal. 113–115 antes de la comida, y los Sal. 115–118 después de la tercera copa (cf.cf. confer (lat.), compárese Mr. 14.26). Los Sal. 135 y 136 se cantan en el día de reposo, y el gran Hallel (Sal. 146–150), con el Sal. 145, en todos los cultos matutinos.
"Bibliografía. C. Westermann, "Alabar", °DTMAT°DTMAT E. Jenni y C. Westermann (eds.), Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento, trad. del alemán por J. A. Mugica, 1978, (véase THAT), t(t).t(t). tomo(s) I. cols. 692–702; P. Beauchamp, Los Salmos noche y día, 1981, pp.pp. página(s) 87–118.
"H.L.E.H.L.E. H. L. Ellison, B.A., B.D., ex Profesor tutor principal, Moorlands Bible College, Inglaterra." (Nuevo Diccionario Bíblico Certeza, Ediciones Certeza, módulo para el sistema e-Sword creado por Arturo Lázaro, agrónomo y estudiante de la Biblia, elyon_elohah@yahoo.com.).
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